La Junta de Supervisión Fiscal (JSF) justifica las drásticas medidas de austeridad impuestas al pueblo de Puerto Rico con el argumento de que lo que se procura con ello es hacer más competitivo a Puerto Rico. No obstante, gran parte de las medidas de austeridad de su Plan Fiscal hasta el 2023 contravienen los pilares de la competitividad del Foro Económico Mundial (FEM). La lista de los 12 pilares de competitividad del FEM tiene en cuarto y quinto lugar la salud y educación primaria seguida por la Educación Superior y la capacitación de la fuerza laboral. El Plan Fiscal de la JSF, sin embargo, propone la reducción (cierre) de escuelas y gastos de nómina en Educación, lo mismo que una merma de $200 millones en la aportación a la UPR.

Su receta para que la economía de Puerto Rico sea más competitiva es mediante el empobrecimiento de la clase trabajadora y la reducción de derechos y beneficios a la fuerza laboral. Las medidas incluidas en el Plan Fiscal de la JSF para los trabajadores puertorriqueños son: eliminar la mesada por despido injustificado, reducir los días por vacaciones y enfermedad y eliminar el bono de Navidad, entre otras medidas.

Entre la lista de los 10 países más competitivos del mundo, encabezado por Suiza, está Singapur, un país con una geografía isleña y una extensión territorial mucho más pequeña que Puerto Rico. Allí, el salario promedio es de aproximadamente $3,018.00 mensuales. En 2014 (fecha de la última estadística disponible) el salario promedio mensual en Puerto Rico era de $2,257.84,

De ser cierto que el empobrecimiento de la fuerza laboral haría más competitiva mundialmente la economía de Puerto Rico, Finlandia, que aparece en décimo lugar en la lista de los países más competitivos del mundo, no tendría un salario promedio mensual de $4,362.54. Y que en el caso de Alemania el salario mensual promedio sea de $4,903.99, siendo el país en quinto lugar de esa lista. Su salario mínimo al mes alcance los $1,782.62, cuando en Puerto Rico es de $1,160. Los trabajadores de Alemania y Finlandia gozan de extensos beneficios y derechos laborales, muchos mejores de los que se reconocen a los trabajadores en Puerto Rico, y sus índices de sindicalización son significativos.

Suiza, que encabeza el “ranking” por séptimo año consecutivo, lo es por ser líder mundial en su capacidad de innovación y resultados en su sistema de educación, además de eficiencia en el mercado laboral. La infraestructura de Suiza es fuerte, sus instituciones públicas eficaces y transparentes, así como un estable entorno económico.

Singapur, comparable geográficamente con Puerto Rico, ocupa la segunda posición de la lista de los 10 países más competitivos del mundo gracias a la eficacia de sus bienes, del trabajo, de sus mercados financieros y la calidad de su sistema de educación. También destaca su infraestructura, la estabilidad macroeconómica, la transparencia y eficiencia de sus instituciones.

Alemania, en un cuarto lugar de la lista, goza de un saludable entorno macroeconómico y eficiencia de los mercados financieros y de su ámbito laboral. Además, sus fortalezas competitivas incluyen negocios altamente sofisticados, una excelente formación en el puesto de trabajo, la rápida adopción de nuevas tecnologías y un buen entorno de investigación.

Desmentido con datos y hechos que la manera de hacer que la economía de Puerto Rico sea más competitiva es empobreciendo al pueblo, entonces no queda más opción que concluir que lo que la JSF persigue realmente no es otra cosa que posibilitar con los ajustes fiscales y económicos el pago a los bonistas acreedores de la actual deuda pública del país.

La lógica de que cuando es menor los derechos y beneficios de los trabajadores la economía de un país se hace más competitiva se estrella con la realidad de que países como Yemén, en el Cuerno de África, y Haití, en el Caribe, estén entre los países de escasa competitividad económica en el mundo y más rezagados en la lista del FEM.