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Sin duda el problema de la violencia contra la mujer se ha desbordado amenazadoramente en Puerto Rico. Hoy, que se celebra el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se levanta un reto monumental para la sociedad puertorriqueña: encontrar estrategias para erradicar el problema.

En ese reto que se impone a la sociedad puertorriqueña, el sindicalismo juega un papel clave. La Unión General de Trabajadores (UGT) se apunta en primera fila para afrontar ese reto. Alrededor del 60% de nuestra matrícula está integrada por mujeres. De hecho, las féminas representan una proporción mayoritaria en el servicio público.

La única forma de poder erradicar la violencia contra la mujer en la sociedad puertorriqueña es a través de la educación. La orden ejecutiva firmada por el gobernador Alejandro García Padilla acaba de firmar y que dará paso a la creación del Comité Multisectorial para la Prevención y Atención de la Violencia de Género tiene que conferir un papel preponderante en este esfuerzo al Departamento de Educación.

No obstante, hay que tener presente que la campaña educativa contra el machismo y la violencia de género no puede descansar exclusivamente en el Departamento de Educación, sino que debe envolverse en este esfuerzo educativo toda la institucionalidad del país. Y en ello, el movimiento sindical tiene el deber moral de embarcarse en una desinteresada y eficiente campaña educativa entre sus respectivas matrículas. Es deber de todos por igual.

El movimiento obrero tiene por necesidad que formar parte de ese Comité Multisectorial designado por el Gobernador y que estará encargado de “evaluar la normativa existente relacionada con la equidad de género y la violencia hacia las mujeres e identificar temas específicos que requieran atención legislativa, así como implementar el plan de acción nacional para la prevención de tal tipo de violencia. Igualmente, crear una base de datos de los servicios que se ofrecen actualmente a nivel regional y municipal en áreas de prevención y atención a víctimas de violencia de género, integrar y sistematizar las estadísticas que recopilan las agencias concernidas, monitorear las respuestas institucionales a víctimas de agresiones y los resultados de las iniciativas que se implanten.

El fallo de esta orden ejecutiva del Gobernador es ceñir el Comité Multisectorial que se crea a la burocracia de funcionarios gubernamentales. El Comité necesita plena participación de las fuerzas vivas de la sociedad. El movimiento obrero y sindical tiene que ser parte integrante de ese Comité. La violencia de género es un problema que atañe y requiere el envolvimiento de toda la sociedad.

García Padilla detalló que el grupo estará compuesto por uno de sus asesores en el área de bienestar social, seguridad y salud, quien fungirá como presidente. También lo compondrán los secretarios de Justicia, César Miranda; de la Familia, Idalia Colón; de la Salud, Ana Ríus; de Educación, Rafael Román, y el de la Vivienda, Alberto Lastra; el superintendente de la Policía, José Caldero; la procuradora de las Mujeres, Wanda Vázquez; la coordinadora general de la Oficina de Comunidades Especiales, María Lourdes Rivera Grajales, el director del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, José Maeso, así como un funcionario del Centro de Atención a Víctimas de Violación (CAVV) del Departamento de Salud y tres representantes de organizaciones no gubernamentales que ofrecen servicios a sobrevivientes de violencia de género. Estos últimos serán nombrados por el Gobernador.

La directriz al grupo es que se reúna mensualmente o las veces que sean necesarias para presentar dentro de los próximos 60 días una evaluación legislativa relativa a la violencia contra las mujeres. El movimiento obrero tiene muchísimo que aportar a esa evaluación.

La UGT honra, como se merece, la conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, una proclama que la Organización de las Naciones Unidas aprobó en 1933, con el fin de generar conciencia y promover la acción para poner fin a la lacra mundial de la violencia contra las mujeres y las niñas. Se seleccionó el 25 de noviembre, debido a que ese día en 1960 se registró el asesinato en la República Dominicana de las tres hermanas Mirabal por órdenes del dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo.