El Superintendente del Campamento de Sabana Hoyos, Harry Torres, tuvo su merecido ante un árbitro de la Comisión Apelativa del Servicio Público por sus exabruptos y faltas de respeto y consideración hacia los trabajadores. El 17 de noviembre de 2011 no había servicio dc energía eléctrica en el Campamento de Sabana Hoyos. Por tal razón, asignaron al personal a laboral en un área. Luego de dos horas, los empleados fueron y regresaron a la 1:00 de la tarde y el servicio de energía eléctrica seguía interrumpido. La auxiliar de contabilidad y empleada unionada, Amalia Mercado Rivera, fue donde Harry Torres, Superintendente, con copia del convenio colectivo y le mostró el artículo que trata sobre las situaciones de interrupción de la electricidad. La reacción de Torres fue tirar al piso el convenio colectivo de forma airada y le gritó a Mercado Rivera que se largara de la oficina. Que no tenía que decirle qué hacer.
Luego, Mercado Rivera llamó a la UGT y habló con la presidenta Maritza Quiñones, quien la instruyó que consultara a su supervisor inmediato sobre la opción de irse a su casa, porque así se establece en el convenio colectivo, que es la ley entre las partes. Días después, Mercado Rivera comenzó a sentir dolor en el pecho. Fue al Fondo del Seguro del Estado, donde estuvo en tratamiento hasta abril de 2012.

La prueba presentada evidenció que el superintendente Torres le faltó el respeto a la empleada Mercado Rivera y que incumplió con lo dispuesto en el Convenio Colectivo. Se ordena en el laudo al superintendente Torres cumplir con el Convenio Colectivo y dejar de faltarle el respeto a Mercado Rivera y a los empleados con sus actitudes arbitrarias e iracundas. Como todos saben, esa actitud irrespetuosa e iracunda del superintendente Torres ha sido reiterada.