El grupo de estudio Diálogo Interamericano, con base en Washington D.C. y especializado en temas de Latinoamérica, desea una contestación convincente a la pregunta: ¿Puede Puerto Rico pagar sus deudas o entrará en un impago en el futuro?
La contestación tendría que ser: “Depende. Si se potencia la capacidad productiva de Puerto Rico y se renegociara su deuda pública, entonces se colocaría en una mejor condición pagarla. Ofrecen la señal, empresas como Vita Natura y la empresa tomatera de Santa Isabel Gargiulo, de propietarios estadounidenses, pero trabajada y dirigida por puertorriqueños.
Vita Natura, la cadena puertorriqueña de productos naturales, está inaugurando su tienda número 20 en la Isla y este verano abrirá su primer local fuera de Puerto Rico.
El nuevo establecimiento está en el centro comercial Plaza Fajardo, contiguo al supermercado Econo. Su dueño es el puertorriqueño Frank Medina. Este es el tercer Vita Natura que se abre en la zona Este. Los otros dos están en Río Grande y Humacao.
Medina abrirá otro Vita Natura próximamente en Orlando, Florida. De acuerdo a sus planes, sería una de algunas otras que augura establecer fuera del país.
“Hay una cantidad sustancial de residentes en Orlando que reconocen la marca Vita Natura”, dijo el empresario. Agregó que tiene a una persona allá haciendo estudios de mercado desde hace dos meses.
El otro caso es el de Gargiulo, en Santa Isabel. La empresa agrícola produce anualmente cerca de 40 millones de libras de tomates. La cosecha se produce en 800 cuerdas de terrenos. El 70% de la cosecha se envía a Estados Unidos, el restante 30% permanece en el país.
La empresa se creó originalmente como un “seguro” de la compañía en la época de invierno que garantizara suplir el mercado de la costa este de Estados Unidos sin interrupciones invernales. Con el pasar del tiempo y dada la calidad del producto que se cultiva en suelo boricua, Puerto Rico se ha convertido en parte integral de la compañía Gargiulo. Posee otras tres fincas, una en California y dos en Florida.
Dice la administración de la empresa agrícola en Puerto Rico que lo que la finca de Santa Isabel produce en un día de cosecha es suficiente para las exigencias de los consumidores puertorriqueños en toda una semana. “Se empacan de 30 mil a 40 mil cajas diarias y el consumo local en una semana es 30 mil cajas”, explica a la periodista de El Nuevo Día el agrónomo Guillermo Fernández, gerente general de la finca. Cada caja es el equivalente a 25 libras de tomates.
Los trabajadores de la finca pueden alardear de producir tomates clasificados en la industria como beefsteak, considerados de calidad grado un y de una segunda calidad conocida en ese mercado como “homegrown”. En la finca, si quedan fuera de estas clasificaciones, se convierten en materia orgánica para el terreno.
Estos son dos buenos ejemplos del potencial productivo de Puerto Rico. No debiera haber dudas en cuanto a que lo que hay que hacer es desatar su capacidad productiva. Es como único el pago de su deuda pública estaría garantizado.
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