La alternativa de la desalinización del agua de mar es siempre una alternativa que no debe descartarse, a pesar de lo que indican los directivos de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA). La gravedad de las últimas sequías por las que ha atravesado Puerto Rico en las últimas décadas obliga a pensar seriamente en esa opción. Máxime, con los últimos adelantos en la generación de energía renovable. El alto coste de energía eléctrica utilizada en la desalinización del agua de mar ha sido hasta ahora la barrera para no explorar esa posibilidad.
¿Qué tiene Honduras que no tiene Puerto Rico? Que en ese país centroamericano se produce energía renovable a precios envidiables en Puerto Rico. ¿Por qué allá sí y acá no? La contestación es desconocida. Por lo menos hasta ahora. Algún experto en energía eléctrica debiera explicárnoslo.
Según información de la Asociación Hondureña de Pequeños Productores de Energía (AHPPER), los precios pagados a generadores renovables fueron de 10.5 centavos de dólar por Kwh en 2009. El rotativo hondureño EL HERALDO tuvo acceso a informes reveladores sobre los proyectos de energía renovable que le suministran electricidad al sistema interconectado nacional –hidráulica, biomasa y eólica-, donde se constata cuál es el costo por kilovatio-hora de las diferentes alternativas de energía renovable.
El precio actual por kilovatio-hora oscila entre 11.71 y 15.07 centavos de dólar. De las fuentes más onerosas destaca la biomasa, principalmente la energía generada con bagazo de caña, la que recibe un precio de 15.07 centavos de dólar por kilovatio.
El tema de conversación surge por las declaraciones del planificador y ahora representante del consumidor en la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), Félix Aponte, en cuanto a que la desalinización del agua en Puerto Rico es poco viable debido al alto costo del kilovatio-hora en el país.
El ex director de la AAA, Emilio Colón, fue más allá al indicar lo siguiente: “Imagínese sacarle la sal al agua a un coste de 26 ó 27 centavos el kilovatio-hora, que es el actual costo de la luz (en tarifa residencial). Si nos quejamos de que el costo del agua hora ismo está alto, es como multiplicarlo por cinco veces”, asegura Colón.
Es obvio que todavía las fuentes renovables son una opción marginal mientras su potencial no se desarrolle a una mayor capacidad generatriz para suplir las necesidades de electrificación masivas del país. Pero no debe descartarse para un proyecto de una o dos plantas desalinizadoras en Puerto Rico.
Es falso decir, como lo hace Colón, que “en Puerto Rico hay suficientes abastos de agua como para estar planteando el tema de la desalinización”. Los recursos hídricos de Puerto Rico han ido reduciendo su caudal con el paso del tiempo y un desmedido urbanismo que van haciendo de todo el país una gran ciudad.
Descansar eternamente en nuestros abastos de agua dulce, siendo Puerto Rico una isla rodeada de agua salada por todas partes, es una displicencia crasa. Si para las plantas de desalinización, las cuales requieren un alto uso de energía eléctrica para su funcionamiento, se puede producir energía renovable a un coste de entre 12 a 14 centavos del kilovatio-hora, Puerto Rico alcanzaría un gran avance.
Potabilizar el agua superficial de nuestros lagos y embalses ronda cerca de los 50 centavos por cada mil galones de agua. La desalinización, entonces, bajo las condiciones de un proyecto de energía solar o de otra opción de energía renovable integradas a una planta desalinizadora de agua de mar pudiera ser una alternativa competitiva y necesaria para el futuro del país.
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