La crisis económica y el impago de la deuda pública de Puerto Rico es una realidad factual. No hay duda de ello. Es un hecho indiscutible. Cómo enfrentar ese hecho es el punto polémico.
Hay voces que abogan por reformas laborales que empobrezcan al trabajador. Estriba esa teoría en la vuelta al punto cero. Volver a donde empezamos. Y tratar nuevamente; reiniciar el proceso.
Si en algo falla esta teoría es en creer que hay vuelta atrás. La realidad económica mundial es otra. La industria manufacturera de mucha mano de obra barata en una línea de producción tayloriana quedó en el pasado. La producción en cadena y en masa, o dicho de otra forma, la producción en serie o fabricación en serie, cuya base es la cadena de montaje o línea de ensamblado, fue un proceso de producción industrial de un taylorismo que muy difícilmente podrá repetirse por ser arcaico y muy costoso en el mundo de hoy. Esa forma de organización de la producción que delega al trabajador una función específica y especializada en máquinas es un tipo de producción industrial que pertenece a una época del desarrollo económico ya superada por la historia.
El futuro de Puerto Rico estriba en dos factores económicos e industriales: en la explotación de sus recursos endógenos, principalmente de su potencial iagroindustrial, y en el concepto de industria 4.0 (también señalado como Industria inteligente o Ciber-industria del futuro). Este concepto industrial corresponde a una nueva manera de organizar los medios de producción. El objetivo que pretende alcanzarse es la puesta en marcha de un gran número de “fábricas inteligentes” («smart factories») capaces de una mayor adaptabilidad a las necesidades y a los procesos de producción, así como a una asignación más eficaz de los recursos, encarrilándose así por la vía a una nueva revolución industrial o cuarta revolución industrial. Las bases tecnológicas en que se apoya esta orientación son, entre otras, las siguientes: (1) el multiuso de Internet en el proceso de producción; (2) Sistemas ciberfísicos (3) Cultura maker (Cultura “Hágalo usted mismo”).
Pero la Industria 4.0 no se reduce exclusivamente a los cuatro puntos recién citados, puesto que es mucho más que eso. La Industria 4.0 es consistente con la llamada Cuarta Revolución Industrial, enfatizando y acentuando la idea de una creciente y adecuada digitalización y coordinación cooperativa en todas las unidades productivas de la economía.
Este concepto de Industria 4.0, es un nuevo hito en el desarrollo industrial que sin duda marcará importantes cambios societarios en los próximos años, haciendo un uso intensivo de Internet y de las tecnologías de punta, con el fin primordial de desarrollar plantas industriales y generadores de energía más inteligentes y más respetuosos con el medio ambiente, y con cadenas de producción mucho mejor comunicadas entre sí y con los mercados de oferta y demanda.
Después del desarrollo de la máquina de vapor y de la mecanización, del desarrollo de la electricidad con fines domésticos e industriales de fines del Siglo 19 y luego de la automatización (siglo 20), la nueva etapa (cuarta etapa) de la transformación industrial se sustenta en la llamada fábrica inteligente, caracterizada por la interconexión de máquinas y de sistemas en el propio emplazamiento de producción y por un fluido intercambio de información con el exterior (nivel de oferta y demanda de los mercados, gusto y necesidad de los clientes, y la interconexión con otras fábricas inteligentes).
La teoría de la vuelta al punto cero es un disparate. No es empobreciendo a la clase trabajadora que se soluciona el problema económico y fiscal de Puerto Rico. Es atemperando su economía al mundo de hoy. No es fácil o sencilla, pero es necesario, si quiere progresarse.
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