gigantismo

Un estudio de la profesora de administración pública, Palmira Ríos, encontró que en 2004 Puerto Rico emplea en el sector público un 30% de los trabajadores y el sector privado tenía el restante 70%.  Esa cifra no contrasta mucho con la de Estados Unidos: el 84% de personas empleadas en el sector privado. Para ser el ícono del capitalismo en el mundo, Estados Unidos emplea únicamente 14% más en el Gobierno que Puerto Rico.

Un país como Dinamarca, que es una de las economías capitalistas más sólidas de Europa emplea menos que Puerto Rico en el sector privado: el  66% de su fuerza laboral. O sea que 34% de ella trabaja para el Gobierno.

Eslovenia, otra fuerte economía de Europa, tiene empleada un 69% de sus ciudadanos en edad productiva trabajando en la empresa privada y un 31%, un por ciento más que Puerto Rico, en el Gobierno.

Esto echa por tierra  el argumento falaz del llamado gigantismo gubernamental en Puerto Rico, que ha motivado tantas leyes injustas de despidos en el Gobierno, como la Ley 7 de Emergencia Fiscal bajo la gobernación de Luis Fortuño y otras leyes y ventanas de retiro anticipado que tanto daño le han hecho al Sistema de Retiro de los maestros y del Gobierno.

Este argumento mendaz de gigantismo gubernamental es también el que se esgrime para justificar la privatización de servicios esenciales en manos del Estado. Es una mentira que se ha fabricado por los ciertos intereses económicos que quieren apoderarse de una parte con potencial rentable del servicio público para privatizarla. Son sectores económicos que como se dicen en la calle les gusta “el juey saca’o; el mangó bajito del palo”

Tal es lo que procuran con la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), por ejemplo. El Estado ha hecho ya la más grande inversión durante décadas de electrificar al país: uno de los países con más línea eléctrica por kilómetro cuadrado en el mundo. Sin importar su costo, la AEE llevó electricidad a los lugares más remotos de Puerto Rico. Es por eso la luminiscencia de Puerto Rico vista desde el espacio.

Hecha ya esa inversión, ahora lo que intereses económicos miran con codicia es la fase generatriz, con menos costos de mantenimiento que el de la distribución. Esa  la quieren dejar en manos del Estado. Quieren comerse la carne y dejarle el hueso al pueblo de Puerto Rio.

No hay que darle más vueltas a la noria. No hay tal gigantismo gubernamental. Lo que existe en Puerto Rico en todo caso es enanismo de la empresa privada que no ha sido capaz de generar los empleos y la productividad que se necesita en Puerto Rico para ser un país próspero. Ése es el gran problema de Puerto Rico: su empresariado privado no ha crecido económicamente; padece de enanismo.