El precio del petróleo se ha reducido significativamente en los pasados meses. El gas propano, que es un derivado del petróleo, continua vendiéndose en el país al mismo precio que antes de la reducción a nivel mundial del llamado oro negro.
Actualmente el gas licuado no tan sólo se utiliza para cocinar en los hogares o restaurantes, sino en la operación de electrodomésticos como lavadoras y secadoras, calentadores de agua y la operación de plantas eléctricas. El gas propano se utiliza también por dueños de vehículos de motor que han realizado la conversión de éstos como alternativa a la gasolina.
Cada uno de los consumidores de este producto se ha quedado esperando que, al igual que ha ocurrido con la gasolina, el gas licuado experimente una reducción en su precio de entre un 35 a un 40 por cientos.
Una posible explicación a la no reducción en el precio del gas licuado pudiera ser el casi monopolio que existe en la Isla en la venta y distribución de este producto. Dos empresas se reparten un mercado de aproximadamente 96 millones de galones del producto. Una sola de estas empresas controla el 70 por ciento del mercado local.
Es hora de que la Comisión de Servicio Público y el Departamento de Asuntos del Consumidor, los dos organismos gubernamentales que controlan la venta de este combustible en la Isla intervengan para que los trabajadores que utilizamos gas licuado podamos beneficiarnos de la bajo de precios a nivel global de este producto. Está pasado de que su precio baje de acuerdo a la reducción en el precio del petróleo.
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