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Llora ante los ojos de Dios. El gobernador Alejandro García Padilla hizo en estos días un donativo de 2,000 chalecos antibalas a la Policía de la República Dominicana. El valor del donativo asciende a $1,270,810. Se trata de 539 chalecos Tipo II, con un coste de $380 por unidad, y de 1,461 chalecos Tipo III, que su valor es de $730 por unidad.

El febrero pasado, la Policía de Puerto Rico donó 500 pistolas calibre 9 milímetros a la Policía dominicana, en virtud del acuerdo, que incluye, además, el intercambio de información y capacitación de agentes.

Entretanto, los agentes de Rentas Internas del Departamento de Hacienda claman por chalecos antibalas como parte de sus equipos, debido a que los que les fueron asignados hace tiempo están expirados y estos funcionarios públicos puertorriqueños tienen que salir a realizar operativos desprotegidos y a riesgo de su seguridad personal.

Situación similar atraviesan miembros de la Policía de Puerto Rico, que tienen que salir a la calle con chalecos también expirados.

Es irónico que el gobernador García Padilla se jacte de tal donación a la Policía de la República Dominicana, mientras se alega en Puerto Rico que no hay dinero para proveer a los agentes de Rentas Internas y a miembros de la Policía de chalecos antibalas nuevos que sustituyan a los ya expirados con los que tienen que salir a trabajar estos servidores públicos puertorriqueños.

Resulta lamentable que la seguridad de los policías dominicanos sea para el gobernador García Padilla una prioridad de más envergadura que la de los agentes de Rentas Internas del Departamento de Hacienda y que la de abnegados policías de Puerto Rico que arriesgan su vida en las calles de nuestro país.