Impago de la deuda: síntoma de una crisis económica profunda

Si lo vamos a ver bien, el impago de los $72,00 millones de la deuda pública no es más que uno, quizás el mayor, síntoma de la crisis económica de Puerto Rico. La sintomatología abarca más. Es más abarcadora.

Se refleja en el diario vivir del pueblo con calles y avenidas en mal estado por falta de mantenimiento adecuado. Se manifiesta la crisis en nuestras escuelas públicas, con aulas en condiciones inadecuadas y fala de materiales didácticos. En compromisos tan simples del Gobierno como devolver a tiempo a los contribuyentes el reintegro por el pago excesivo de contribución sobre ingresos.

La crisis económica y fiscal se percibe en la carencia de médicos especialistas que atiendan una dolencia de un beneficiario de la reforma de salud gubernativa, porque los médicos especialistas que quedan en el país no quieren aceptar el plan médico del Gobierno por los impagos de sus servicios médicos.

Vemos la crisis del país en el racionamiento del agua, que más que por la sequía, tiene razones en la falta de mantenimiento de la infraestructura del sistema de acueductos con pérdida del 58% del agua potable a través de los innumerables salideros y en la falta de dragados de nuestros embalses y maneras más adecuadas de captación de la precipitación pluvial.

Es uno de los síntomas de la crisis, también, la debilidad de nuestro sistema eléctrico, que siendo Puerto Rico uno de los países mayor electrificados del mundo, el sistema se cae y deja sin energía eléctrica a miles de abonados a la menor provocación por falta de mantenimiento y estar ya envejecido.

La crisis económica y fiscal es más que degradaciones del crédito gubernamental de Puerto Rico e impago de la deuda. Es también una falta de liquidez en el Gobierno que termina obligándolo a no pagar a tiempo como debiera el reintegro adeudado a los contribuyentes. Son agencias del Gobierno que no pueden operar a diario como debieran por falta de recursos.

El impago de la deuda es simplemente el reflejo de una crisis económica profunda. Sencillamente, se agotó el paradigma de desarrollo económico que sostuvo al país y tenemos que buscar y encontrar uno nuevo.