presupuesto

Un simple ejercicio matemático analítico del presupuesto asignado al Fondo General y del presupuesto combinado (que incluye las transferencias de fondos federales) propuesto por el gobernador Alejandro García Padilla evidencia que es inaplazable y fundamental una renegociación del pago de la deuda.

El gobernador García Padilla propone un presupuesto al Fondo General para el próximo año fiscal de mayor cuantía que el actual por $235 millones. El presupuesto recomendado es de $9,800 millones, en tanto que el del año fiscal que está a punto de expirar es de $9,565 millones. Y, además, recortes en los gastos operacionales de las agencias gubernativas por unos $600 millones, que implica fusiones de agencias y eliminación de programas de servicios a la ciudadanía y el cierre de decenas de escuelas públicas. O sea, cuando se suma el aumento en la cuantía del presupuesto al monto de los tijeretazos a las partidas de dinero para los gastos operacionales de las agencias del Gobierno, la suma es de $835 millones.

De nada ha valido que se redujera el número de empleados públicos en la pasada administración gubernativa de Luis Fortuño con la eliminación de 30,000 puestos de trabajo y 17,000 en la presente administración de Gobierno.

A pesar de ese presupuesto aumentado y los recortes a las partidas de dinero para los gastos operacionales de las agencias del Gobierno, los ciudadanos tendrán que pagar un IVU agrandado de 11.5%, además de un cuatro por ciento en las transacciones conocidas como Business to Business. Esto tendrá un impacto inflacionario en los costos de la inmensa mayoría de los artículos de consumo y servicios.

En fin, que todos estos ajustes fiscales están dirigidos a satisfacer el afán de lucro de los bonistas de Wall Street, principalmente de aquellos que dominan los fondos buitres, quienes han sido implacables e insensibles al factor humano en el cobro de sus préstamos, muchos de ellos usureros.

Se pretende ahora que el pueblo de Puerto Rico cargue con las culpas de la irresponsabilidad de los que nos han gobernado, quienes embrollaron al país sin contemplaciones para politiquear cuatrienio tras cuatrienio y comprar votos en las elecciones con promesas campaña y obras públicas que comprometieron el fisco del país.

Llegó el momento de que el cúmulo de las irresponsabilidades de los gobernantes que se han alternado el poder en Puerto Rico al fin estallara. Estamos comenzando a ver los resultados y la cosa se pondrá peor en el futuro próximo.