DRTH

Las arbitrariedades discriminatorias y el desasosiego entre los empleados son la orden del día en el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH). Estas arbitrariedades se manifiestan mediante traslados arbitrarios y caprichosos y suspensiones de empleo y sueldo sin llevar medidas disciplinarias progresivas, entre otras formas de mala administración pública, violatorias del principio de mérito y las leyes de protección laboral. En pocas palabras: “en casa de herrero, cuchillo de palo”.

Como ejemplo de esta situación está el caso de Héctor Quiñones, de la Oficina de Finanzas en el piso 16, quien fue trasladado “administrativamente” al edificio GM Group en Plaza Cupey. En su lugar, vinieron trasladados en paracaídas al piso 16 el señor Juan Sánchez Colón y Carmen Seijo, quienes han sido afectados emocionalmente con este traslado. Remueven a un empleado por supuesta necesidad de servicio, pero en su sustitución designan a otros cuando la razón verdadera en el caso de Quiñones es querer sacarlo del edificio central.

Las artífices de estos movimientos arbitrarios y con el aval del Secretario del Trabajo, Vance Thomas, son la señora Nilma Maldonado, Luz Meraris Méndez y Arelis Negrón, que son quienes dirigen de facto el DTRH.

A su vez, cartas de intención de suspensión de empleo y sueldo fueron entregadas a 14 árbitros de 18 en total, del Negociado de Conciliación y Arbitraje, en represalia y violación al principio de la progresión de medidas disciplinarias, sin llegar a un acuerdo entre las partes. En las reuniones en que se tomó esta decisión estuvo presente el señor Iván Avilés, ahora Director de Uniones Obreras. Prácticamente, se deja al Negociado de Conciliación y Arbitraje sin árbitros.

Así las cosas, el DTRH se ha convertido en un páramo de angustia y desasosiego que afecta el servicio público que se ofrece a la clase trabajadora del país. Se estará diseñando un plan de acción contra tales injusticias y arbitrariedades.