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El inminente racionamiento del agua potable por causa de la sequía parece tener solución no inmediatamente, sino para el futuro. Lo que no ha habido es imaginación, inventiva y voluntad política. Esa inventiva tiene que partir del hecho de que Puerto Rico es una isla rodeada de agua por los cuatro costados.

La razón que se aduce para rechazar la alternativa de la desalinización del agua de mar es de carácter económico. Se aduce que al menos dos plantas de desalinización, una al norte y otra al sur, son proyectos muy costosos porque el coste de la electricidad en Puerto Rico es sumamente alto y que esa es una tecnología que requiere de mucha energía eléctrica.

El planificador y ahora representante del consumidor en la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), Félix Aponte, sostuvo en declaraciones a EL Nuevo Día que la desalinización del agua en Puerto Rico es poco viable debido al alto costo del kilovatio-hora en el país.

Algo similar afirmó el ex director de la AAA, Emilio Colón, quien fue más allá al indicar lo siguiente: “Imagínese sacarle la sal al agua a un coste de 26 ó 27 centavos el kilovatio-hora, que es el actual costo de la luz (en tarifa residencial). Si nos quejamos de que el costo del agua está alto, es como multiplicarlo por cinco veces”, asegura Colón.

Es obvio que todavía las fuentes renovables son una opción marginal mientras su potencial no se desarrolle a una mayor capacidad generatriz para suplir las necesidades de electrificación masivas del país. Pero no debe descartarse para un proyecto piloto de una o dos plantas desalinizadoras en Puerto Rico.

¿Qué tiene Honduras que no tiene Puerto Rico? Pues, que en ese país centroamericano se produce energía renovable a precios envidiables en Puerto Rico. ¿Por qué allá sí y acá no? La contestación es desconocida. Por lo menos hasta ahora. Algún experto en energía eléctrica debiera explicárnoslo.

Según información de la Asociación Hondureña de Pequeños Productores de Energía (AHPPER), los precios pagados a generadores renovables fueron de 10.5 centavos de dólar por Kwh en 2009. El rotativo hondureño EL HERALDO tuvo acceso a informes reveladores sobre los proyectos de energía renovable que le suministran electricidad al sistema interconectado nacional –hidráulica, biomasa y eólica-, donde se constata cuál es el costo por kilovatio-hora de las diferentes alternativas de energía renovable.

El precio actual por kilovatio-hora oscila entre 11.71 y 15.07 centavos de dólar. De las fuentes más onerosas destaca la biomasa, principalmente la energía generada con bagazo de caña, la que recibe un precio de 15.07 centavos de dólar por kilovatio. De modo que Honduras, tal como otros países del mundo, es un ejemplo a emular en Puerto Rico. Por lo menos en lo que concierne a explorar la posibilidad de una planta desalinizadora.

Es falso decir, como lo hace Colón, que “en Puerto Rico hay suficientes abastos de agua como para estar planteando el tema de la desalinización”. Los recursos hídricos de Puerto Rico han ido reduciendo su caudal con el paso  del tiempo y un desmedido urbanismo que van haciendo de todo el país una gran ciudad.

Descansar eternamente en nuestros abastos de agua dulce, siendo Puerto Rico una isla rodeada de agua salada por todas partes, es una displicencia crasa. Si para las plantas de desalinización, las cuales requieren un alto uso de energía eléctrica para su funcionamiento, se puede producir energía renovable a un coste de entre 12 a 14 centavos del kilovatio-hora, Puerto Rico alcanzaría un gran avance.

Potabilizar el agua superficial de nuestros lagos y embalses ronda cerca de los 50 centavos por cada mil galones de agua. La desalinización bajo las condiciones de un proyecto de energía solar en Puerto Rico con la tecnología moderna pudiera ser una alternativa competitiva y necesaria para el futuro del país.


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