Puerto Rico invierte en cada uno del millón cuatrocientos mil ciudadanos cubiertos por el seguro de salubridad gubernativo más de tres mil dólares anuales, pero los resultados son muy pobres. Es uno de los sistemas de cuidado médico más onerosos del mundo. La pregunta tiene que ser: ¿Por qué países con otros sistemas de salud pública mucho menos costosos tienen más alta expectativa de vida que Puerto Rico?
Costa Rica invierte una tercera parte de lo que se invierte en Puerto Rico por paciente en cuidado médico y hospitalario, pero los costarricenses tienen una expectativa de vida un año por encima que la de los puertorriqueños.
Cuba, con un sistema de salubridad pública cuyo costo es de $558 por persona, ha logrado una expectativa de vida superior entre los cubanos a la de Puerto Rico y una tasa de mortalidad infantil inferior. Este logro se ha alcanzado con una sexta parte de la inversión per cápita en el cuidado médico y hospitalario en Puerto Rico.
Según datos del Banco Mundial, Singapur, uno de los países más prósperos del mundo invierte $2,507 por habitante ($795 menos por persona que aquí). Chile, para poner un ejemplo de mayor cercanía a Puerto Rico gasta $1,204 en salud por persona ($2,098 menos). Los habitantes de Chile tienen una expectativa de vida mayor que la de los boricuas.
En 1970, Puerto Rico era el país 14 con mejor expectativa de vida. Hoy día es el 37.
España, con un sistema universal de salud accesible a todos y de la más alta calidad, invierte sólo el 8.6% de su PNB en salud. Francia, país que cuenta con un sistema universal de salud o “socializado”, invierte $2,000 millones anuales de lo que invierte Puerto Rico en sus servicios de salud público y privado.
La contestación a la pregunta de por qué países con otros sistemas de salud pública mucho menos costosos tienen más alta expectativa de vida que Puerto Rico estriba en la manera en que distribuye el dinero que se invierte en el sistema de salud, no en la cuantía de dinero invertido. En Puerto Rico se paga un 27% por los gastos administrativos del sistema privatizado de seguro médico, cuando lo recomendado por los expertos es que ese gasto no debe sobrepasar el 10%. Ese 27% de los mil novecientos millones de dólares, la mayoría por transferencia de fondos federales del programa Medicaid, que se invierten anualmente en el programa de seguro médico gubernamental conocido como “Mi Salud” es dinero que no llega al paciente.
Pese a esa friolera de dinero presupuestado anualmente para el programa Mi Salud, es muy poco lo que se le paga a los médicos que proveen el servicio: unos cinco dólares por visita de paciente. Esto es casi una quinta parte de lo que pagan algunos planes privados.
La inversión per cápita por beneficiario del programa de seguro médico gubernamental en Puerto Rico no ha tenido el mismo efecto proporcional en un incremento en la expectativa de vida de los puertorriqueños.
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