La Unión General de Trabajadores (UGT) se vio obligada a radicar una querella en su segundo paso ante el Procedimiento de Quejas y Agravios contra la Secretaria Auxiliar de Recursos Humanos del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH), Nilma Maldonado Colón, quien ha emprendido una cruzada de intimidación contra el personal a su cargo que no le rinde pleitesía o resisten cumplir sus caprichos y arbitrariedades.
Es paradójico que esta situación se está dando en el DTRH. la agencia llamada a procurar y vigilar por el respeto y la protección de los derechos laborales de los trabajadores en Puerto Rico, tanto en el Gobierno como en la empresa privada.
Maldonado ha montado un Tribunal de la Santa Inquisición en su oficina y desde allí juzga a sus subalternos y los intimida y acosa”. El propósito, según se murmura, es “sacar del medio a los que no se someten a su caprichosa voluntad”.
Su desenfreno ha llegado a tal punto trasladar a la compañera Iris Colón de manera arbitraria, en violación al Reglamento de la agencia y del Convenio Colectivo, luego de haberla amenazado con destituirla si no aceptaba el traslado, abuso que colmó la copa y provocó que la UGT radicara una querella contra Maldonado. De igual manera, se le acusa de pisotear la dignidad y poner en peligro la seguridad personal de otros compañeros del DTRH.
La UGT hace la advertencia de que no permitirá más abusos y destemplanzas de la señora Maldonado, en violación a los derechos laborales y personales que el sindicato representa en el DTRH.
Lo triste es que estos abusos se cometan ante sus narices con la tolerancia impasible del Secretario del Trabajo, Vance Thomas. Esta tolerancia a los caprichos y arbitrariedades de la señora Maldonado atentan contra un clima de paz laboral, cordialidad y sana administración que debe prevalecer, que la UGT siempre ha promovido, en una agencia con la misión ministerial de defender a los trabajadores, como lo es el DTRH.
Nada. Que aquí se hace realidad el refrán que dice: “en casa de herrero, cuchillo de palo”.
