La Unión General de Trabajadores (UGT) respaldó el reclamo de los padres de estudiantes y maestros para que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos permita reabrir las escuelas que las comunidades entienden están aptas y acondicionadas para reiniciar el semestre escolar tras el paso sobre Puerto Rico del huracán María.

“Es extraña la injerencia del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos en esta decisión de reabrir o no escuelas mediante criterios extremadamente estrictos que llegan al colmo de ser absurdos, como si María hubiera sido el único huracán que haya azotado a Puerto Rico, y cuando los maestros y los padres de las comunidades donde están enclavadas esas escuelas dan el visto bueno a la reapertura de los planteles por considerar aptas para recibir a los estudiantes. Son los maestros los más que deben preocuparse por las condiciones laborales de los planteles y los padres por la seguridad de sus hijos”, aseguró Gerson Guzmán López, presidente de la UGT.

Agregó que levanta suspicacia el hecho de que la Secretaria de Educación, Julia Keleher, esté diciendo que despedirá el personal magisterial que reabra los planteles por encima de la certificación de apertura del Cuerpo de Ingenieros y del Departamento de Educación y no reconocerá el tiempo lectivo de las clases que se impartan en esas escuelas.

“Está echándose por tierra el concepto de escuelas de la comunidad como parte de lo cual se integró a la comunidad y al magisterio en un Consejo Escolar en cada plantel y han sido los propios padres en las comunidades quienes han trabajado arduamente en el reacondicionamiento de las escuelas que ahora se niegan a reabrir mediante criterios absurdos”, indicó Guzmán López.

El dirigente sindical se preguntó si acaso esa negativa a reabrir planteles escolares que maestros y padres consideran aptos para recibir a los estudiantes e impartir el pan de la enseñanza es parte de una estratagema para privatizar escuelas y reabrirlas como escuelas “chárter”, tal como ocurrió en Nueva Orleans con el desastre del huracán Katrina. o de un plan de cierre escolar para reducir el número de planteles disponibles sin criterios poblacionales científicos.

Sostuvo que ese” impedimento absurdo” de impedir la reapertura de planteles escolares es el obstáculo más grande que se tiene para ir recuperando la normalidad cotidiana del país, y “eso no le hace bien a Puerto Rico”.